Raíces Radio

domingo, 21 de abril de 2013

Los riesgos del Presidente

Por ANULFO MATEO PÉREZ

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La ingenuidad política lleva a pensar que “las cosas han cambiado mucho” en el mundo, y que la “corporatocracia” y el Tío Sam ya no propician sobornos, intimidación y golpes de Estado sin o con magnicidio. La constelación de hechos históricos en Latinoamérica dice todo lo contrario:

Presidentes derrocados (algunos asesinados): Jacobo Arbenz (Guatemala, 1954), Juan Bosch (RD, 1963), João Goulart (Brasil, 1964), Salvador Allende (Chile, 1973), Jaime Roldós (Ecuador, 1981), Omar Torrijos (Panamá, 1981), Hugo Chávez (Venezuela, 2002), Manuel Zelaya (Honduras, 2009)…

Por rechazar el chantaje de la “corporatocracia”, Chávez fue objeto de un golpe de Estado. 

El presidente ecuatoriano Lucio Gutiérrez prefirió la traición a su pueblo.

Lo narrado por John Perkins en su libro “La historia secreta del imperio americano”, sobre la confesión de un “chacal”, es ilustrativo:

“Entré en el despacho del presidente dos días después de que fuera elegido y le felicité.

Estaba sentado detrás de un gran escritorio y me sonreía como el gato de Cheshire.

Introduje mi mano izquierda en el bolsillo de mi chaqueta y dije: “Señor presidente, aquí tengo unos doscientos millones de dólares para usted y su familia, en caso de que quiera seguir el juego, ya sabe, ser amable con mis amigos que dirigen las compañías petrolíferas, tratar bien a su Tío Sam”. Luego me acerqué a él, introduje la mano derecha en el otro bolsillo, me incliné sobre su cara y susurré: “Aquí tengo una pistola y una bala con su nombre, en caso de que decida cumplir sus promesas electorales”.

Me alejé, me senté y le recité una pequeña lista de presidentes asesinados o derrocados por haber desafiado a su Tío Sam: desde Diem a Torrijos. Ya conoce la rutina.

Captó el mensaje”.

20/Abril/2013. 

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